Poesía: Sebastián Miranda

Sebastián Miranda

(Costa Rica, 1983) Escritor docente de gestión ambiental. Es investigador independiente y fundador de la plataforma educativa Ambiente Fractal.
Artículos académicos y ensayos sobre ecoliteratura, ética ambiental, ecofascimos, y otros temas ambientales han sido publicados en revistas académicas internacionales. Entre sus libros publicados destacan: Antimateria, El sudor de la morfina, Luminiscencia, El libro animal de los muertos y El paso de la Serpiente.

 

 

La Compostura del Agua

Estuvimos aquí por la fuerza de los nahuales
intentando recuperar los lugares sagrados

vivimos en la insurgencia como una ceremonia
guiadas por las niñas del agua
                                 -espíritus-mujeres-ancestras-
pues fue aplastada toda nuestra expresión de vida
lesionada toda espiritualidad
                            la rebelión fue nuestro derecho

en Río Blanco o en Gualcarque
no hubo Guancasco
       no intercambiamos sombreros
       ni bailamos
       ni nos sentamos en las piedras a negociar

por el contrario
nuestro cuerpo fue el territorio
donde se concentró la violencia
         el enclave instaurado por los prestanombres
         el portaviones de otros militares
         que nos usaron de laboratorio

pero dejemos claro
al sacrificarnos
como las aves durante la Compostura
hicieron de nuestro rostro un símbolo
al igual que la pacaya y los helechos
al igual que el ála
que como la chicha
corre alrededor de los altares

nos convirtieron en ángeles de lluvia
y ahora ofrecemos nuestro espíritu
como tributo
a todas las comunidades

recuerden que somos hijas del copal y la candela
                                  somos la voz de Berta
                                  la de Santos Domínguez
                                  la de Tomás o Lesbia
la del pueblo Lenca exigiendo justicia
somos la anciana que canta
                             por todos los hermanos
                            es la llamada a todos los Santos

           el Padre del pueblo diciendo
                                            yo creo que dar la vida
                                            por defender la vida
                                           no es perder la vida
                                          es vivir para siempre
 

somos el grito tejido por mujeres que exclaman
                     recordá que somos hijas de Lempira
                                                   Señoras del cerro

por eso sigamos guiándonos por los astros
                           veneremos al lagarto y al garrobo
                           agradezcamos al corazón del Cielo
                                               al corazón de la Tierra
y levanten con cohetes a los que lloran

por eso
les pedimos
que mientras se lavan los ojos
con el humo del copal
y hacen la ofrecida al maíz
esculpan en nuestras casas un Lepa de piedra
y en una loza de barro
escriban en Potón

PODRÁN CORTAR LAS RAMAS
PERO NUNCA
PODRÁN MATAR LAS RAÍCES¹

 ¹ “En Honduras, entre el 2010 y el 2014 fueron asesinados más de 100 ecologistas y defensores de territorios indígenas”, Gustavo Castro, 2017.

 

 

“Con el fin de construir esta vía [la transamazónica], los latifundistas atemorizaban a los indígenas que vivían aquí, porque necesitaban atravesar esta zona donde ellos habitaban. Transportaban con unas avionetas un montón de baratijas, como comida o ropa, que arrojaban por donde el camino tenía que pasar. Una vez que el avión había pasado, los indígenas llegan a ver todas las cosas bellas que habían arrojado. Eran como niños. Vivían en el bosque, por lo que jamás habían visto este tipo de cosas, este tipo de comida, este tipo de vestimenta. Estaban realmente contentos al ver los aviones llegar. Un día se reunieron en el mismo lugar, pero esta vez fue una bomba la que dejaron caer… así fue como se reanudó la construcción de la carretera que atravesaba el bosque.”

Relato de Dorothy Stang

Nenúfares

I

Llegué a la mitad de la selva
a buscar la voz de Dios
a continuar la labor de su Hijo
y sembrar mi raíz en la Tierra

llegué a un pequeño pueblo
con la advertencia de que no saldría
de que no aguantaría la Ley Calibre 38

seguí mi instinto
       o mi oficio
en ninguno el miedo ocupaba lugar

me adentré con los pueblos originarios
                           me recibieron con rituales y alegría
bailé con los quilombolas al ritmo de sus tambores
en los empates me bienvinieron
desde ahí
levantamos iglesia
                   escuela
             y territorios

esto hizo hervir la sangre de los rancheros
               soltar la bilis a los grileiros
                y la furia de los okupas y los garimpeiros
esos diablos de manosangre
                        de fiebreoro
                        de quemabosque
que apestan a borucha y a pólvora

me enviaron a decir
que recordará a Chico Mendes
que me subiera en la tormenta
para largarme con el rayo hacia el norte

encabecé la lista de los marcados
hasta que aparecieron tres sicarios
a mitad del camino

—Hermana Dot, ¿está armada? —me asaltaron.

—Solo con mi Biblia —les dije.

y soltaron seis demonios
que me atravesaron como tizones

al caer
retumbé al igual que un aguanillo

II

No intenten canonizarme
mi cuerpo aún camina entre ustedes
mi voz sigue repitiendo
la muerte de la selva es el fin de nuestra vida”

así que háblenles a los okupas sobre el aire
¿no sé qué otra cosa respiran?

a los rancheros sobre el agua
¿no sé qué más pueden beber?
a los grileiros de la vida como centro todo
pues han hecho de Anapu un campo de cadáveres

griten en el garimpo:
si cabemos en Cielo podemos caber en la Tierra
no hace falta tener tanto

que sus voces
sean un ruido fuerte
para que los robatierra escuchen:

los indígenas estuvieron antes que nosotros
los quilombolas y los empates merecen su territorio
exigimos
que borren la lista

así tal vez Dios los perdoné

III

Mi regazo es un bosque de osamentas y corteza
en él recibo a Vlademir y a Leoci
                   a Lourinho y Edinaldo
y a tantas otras cruces levantadas
en un pueblo
que se extiende como nenúfares
a la orilla del río Amazonas²

² Entre 2012 y 2022, en Brasil fueron asesinadas 342 personas defensoras de territorios y ecologistas, según el informe de Global Wtiness publicado en setiembre de 2022. 

 

 

“…conozco la selva, conozco los ríos, conozco la vida, inclusive las piedras… Sarayacu es una tierra viva, es una selva viviente… [los seres espirituales y ancestros] muchos se escondieron, otros murieron cuando se reventó, ellos son los que sostienen la selva…” 

Sabino Gualinga, líder de la comunidad de Sarayacu, declaraciones ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en 2011.

Los Descendientes del Jaguar

Imagínate que hombres armados
bajen de helicópteros
cerquen tu iglesia
y de la noche a la mañana te impidan el paso
y por más que protestes
te expulsen a macanazos

por más que reclames
te amenacen con bocas de fuego
por más que insistas te quemen la casa o tu cuerpo

Imagínate
que ya no puedas ir los domingos
a hincarte ante Dios
y ofrendarle tu dinero o sacrificio
qué te griten
                     NO JODAN
ahí no hay más que yeso hueco en un altar vacío
y que un día de pocos
escuches tractores demoliendo las paredes
y observes caer sus cruces
mires las imágenes de tus santos
desmoronarse decapitadas

mires colapsar las cúpulas
y cuando todo se cubre de polvo
justo cuando ves tu catedral en ruinas
sientes como tu Dios escapa
                                o desaparece
                                o muere

comienzas a denunciar el desastre
pero todos se hacen los sordos
y gritas la injusticia
pero todos se hacen los ciegos
y vas a los medios televisivos
para denunciar el acto terrorista
y todos se hacen los mudos
salvo los demoledores
que te amenazan de muerte
       te encañonan
y no te queda más que alejarte
con la rabia entre los dientes
y soportar el escarnio
de aquellos que terminan de carcajearse
escupiendo sobre la imagen quebrada de Cristo

Pero si en vez de iglesia
te hablo de nuestro cerró sagrado
y si en vez de Dios
te hablo de espíritus y ancestros
y en vez de dinero y sacrificio
te hablo de coca y maíz ofrendados
o te hablo de árboles en vez de cruces
o de ríos en vez de santos

y si en vez de catedral
                                    de nuestra ceiba sagrada
y de un bosque que asciende por la montaña
que al detonarse
escapó el jaguar
           la rapiña
           la serpiente
y desaparecieron nuestros ancestros
y murieron nuestros espíritus

y al denunciar este acto contra la vida
todos se volvieron sordos o ciegos o mudos
salvo quienes nos amenazaban y encañonaban
y con la rabia entre los dientes
soportamos el escarnio
de aquellos que terminaron de carcajearse
escupiendo
sobre el cuerpo de Pachamama
convertido en desierto

 

 

Alrededor del planeta, casi 2000 defensoras de la Tierra y la naturaleza fueron asesinadas entre el 2012 y 2020. América Latina es la región más peligrosa para ser activista ambiental pues, solo en el 2022, en esta zona se produjeron el 88 % de los asesinatos.

Global Witness, 2023.

 

 

El Paso de la Serpiente es una plaquette publicado por Editorial Convergencia en Bolivia, que representa un extracto del libro 3 inédito llamado Jaguar Cementerio, que forma parte de una trilogía de ecopoesía documental llamada Ruinas Fértiles.

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Poesía: Orlando Valdez