Poesía: Orlando Valdez

Orlando Valdez

(Argentina, 1961) Su obra se ha publicado en 14 Antologías y en revistas de poesía nacionales e internacionales. Ha participado con su obra, en mesas de lectura en los festivales internacionales de Chile (2005), Cuba (2014), México (2017) y en Argentina a nivel internacional, nacional y provincial. Es miembro activo del Colegio de Escritores y Poetas del sureste (CEPSURE amigos internacionales) y corresponsal de la revista de poesía Blanco Móvil de México. Dos veces jurado en Concurso Internacional de Poesía de Acebal, Provincia de Santa Fe (2002 y 2022).

 

 

En las calles en la noche

el frío en las calles se agrava en la noche
del invierno hojas como animales
claman por la urgencia del alba
y la luna fuera de su menguante
entonces pregunto por mí y qué hay de mí
del suceso
y el hallazgo
de la luz de una vela
el estigma
y su sombra

Extraído del libro: El hondo silencio de toda locura

 

 

En mis ojos

un semáforo escupe
sangre de los náufragos
y del colibrí
en mis ojos
una lágrima la luna
la desesperación del ocaso

Extraído del libro: La cobardía feroz del silencio

 

 

Sentido poético

ese espejo
estipula comparación establece belleza misteriosa
o brutalmente
su terrible miniatura que suelo confundir
y creo ocultarme

Extraído del libro: El mezquino trazo del acto

 

 

Fabricio

Que como otra gota
de sus mares
sublima al cuerpo
para que despierte
del largo bostezo
de la insatisfacción
y salga
del agujero negro
porque no hay más que vacío
sólo los que sangran
sólo los que se marchitan
que por más
que extiendan los brazos
nadie podrá asirlos
aunque insistan
los círculos de fuegos
son los más deseables
a la hora de maquillar los espejos
“donde suda / el rouge / sabe a despedida”

Fabricio vuelve
a fusionarse
ante la hegemonía
de los anzuelos
de la quietud
a la que se arrodillan
a oscuras
a ojos abiertos
que por migajas
cerrarán
por más que duela el insomnio
y por temor
a no despertar
en su líquido amniótico
ocultarán
la obscenidad de lo mirado
con ojos de azufre labios
que dejen marcas
de aquellos
que buscan
que los contengan
al calor del pavimento
“mientras en el puerto / las putas / desechan otro padre-nuestro / hasta el próximo misterio.”

Fabricio quien
del caos
de los gemidos
comprende
su desembocadura
el encierro
y el entierro
que corren por las paredes

Extraído del libro: La insólita simetría

 

 

La única manera

llueve / llueve
pero la extrañaba
desde mucho antes
una luz / una luz
advierte
que seguirá encendida
cuando deje de llover
aunque no estuviera
mi sueño no se cumple
al final de sus noches
y eso quizá
sea la única manera
de estar con ella

Extraído del libro: Setenta veces siete más de tres veces

 

 

A dos calles

ahora como en aquellos días en que sólo podía mirarla
a dos calles de un barrio
que para mí era como extranjero
y de mis sueños ella más más
siempre más a través del silencio
y de mis palabras que volverían
a cambiar
mientras la inventara
a oscuras
cuando la borraba de los espejos
las madrugadas en que no había ganzúas y a la vez ella y feliz
tan cerca del final con la felicidad
otra vez en el fondo de lo que hube sido y que negué allí ahí
y ahora que de nuevo regresa
des/ armándome

Extraído del libro: zedlav

 

 

El Teuco

se ha ido más de una vez
de lagos mares y volcanes
de cuanto territorio desolado tatuándose cada implosión
como si llevara su terrario
a la luna que zangolotea en el agua del mundo
feliz como un niño descalzo va por ahí en adioses alejándose del ahora
sin dioses
quien quiera sentirlo deberá desterrarlo del aullido de sus lunas donde enorme allí
insolente de las formas crece su voz
su biología de criatura
en que se hunde transparente yéndose siempre
a embellecer lo que está más lejos cosas
por ahí del mundo
pero hay veces en que no puede ni con el chasquido de la nada

 

 

Tríptico

1
he memorizado
la inestabilidad
de las fluctuaciones
vitrales de
tu desnudez
tus pezones como
miles de lucecitas
gota a gota el
sudor en tu piel
hasta que tu cuerpo
vuelva a despertar
de la soledad
de los relojes
a cobijar
tantas cosas
que de nuevo de mí
es hora de irte callada

2
agotado deshecho mojado
estallo entre tus senos
que
per-versos así
terribles así
revientan rotundamente
en mi boca delicados
y tus manos y las mías
incitándose como imanes
nos resuelven girándonos y
acabamos en el caos de otra batalla
entre almohadas sábanas y resacas
locamente hasta flotar en la noche
después de una tranquila y
deliciosa rendición interminable
como un ahogo muy profundo
de hondura y de fondo
hasta encendernos y fundirnos

3
tu cuerpo regresa
en otro temblor húmedo
ligero candente descifrado
que tiemblo como tiembla
en lo oscuro una llama
en
el
agua
una
luna
y
asciendo y
desciendo
hasta precipitarme
i-ne-xo-ra-ble-men-te
acabado
luego de romper
el cielo el infierno

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Poesía: Hugo Patuto